«A menudo encontramos nuestro destino por los caminos que tomamos para evitarlo» (Jean de La Fontaine)
“La leyenda dice que sucedió en las calles de Bagdad. Un mercader mandó a su sirviente hacia el mercado. Pero pronto regresó temblando y muy agitado, y dijo a su amo: «En el mercado fui empujado por una mujer entre la multitud y, cuando me giré, vi que la que me empujó era la muerte. Ella me miró e hizo un gesto amenazador. Amo, présteme su caballo, porque debo huir lejos para evitarla. Correré a Samarra, allí me esconderé y la muerte no me encontrará».
El mercader le dejó su caballo y el sirviente se alejó en una nube de polvo. Poco después, el mercader fue al mercado y vio a la muerte de pie en medio de la multitud, y le dijo a ella: «¿Porqué asustaste a mi siervo esta mañana? ¿Porqué hiciste ese gesto amenazador a mi siervo?».
«Ese no fue un gesto de amenaza», dijo la muerte, «fue solamente un gesto de sorpresa. Estaba sorprendida de verle a él aquí en Bagdad, porque tengo una cita con él esta noche en Samarra…»».
«Destination life», por George E. Vandeman
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